Algo contusos y magullados, pero con el entusiasmo de siempre, nos encontramos de regreso en el ciberespacio, en una especie de vuelta a nuestras raíces electrónicas. La web, donde nació La Plazuela, y de donde un poco prematuramente se animó a salir. Fue una especie de abordaje en la que intentamos mantener los dos pies en dos embarcaciones. Pero no nos fuimos abajo, no caímos a ningún indolente mar. No. La Plazuela vive y regresa para tomar nuevo impulso.
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