domingo, julio 23, 2006

Libre

Es lo que suponemos exclama dentro de sí el famoso Lay Fun. El can ha traspasado por fin las rejas de la perrera donde se hallaba detenido. Ante la indiferencia de su dueño original, el rottweiler dejó la vida civil para integrar las fuerzas de la policía, convirtiéndose, de esta manera, en el único preso que consigue trabajo ni bien sale de prisión. Le cerraron las puertas a las diversas personas que se ofrecieron a adoptarlo. Incluso la de un matrimonio que se lo hubiera llevado al Canadá. Quizás las autoridades percibieron que a un buen guardian no se le podía dejar ir así nomás, en tiempos donde campea la inseguridad.
Recordemos lo que en un principio se argumentó cuando un sector de la opinión pública planteaba como alternativa a la ejecución del perro que éste sea incorporado a la policía canina; se descartó entonces esta posibilidad, dado que el animalito ya había sobrepasado la edad apropiada para el entrenamiento. Ahora sabemos que ya contaba con adiestramiento. Quizás haya necesidad de un par de "ajustes". Pero la actitud cariñosa del can con su nuevo entrenador indica que el futuro de Lay Fun es prometedor.
Hasta cierto, las distintas ofertas de adopción hubieran tenido que ser analizadas con mucho cuidado si se hubiese decidido optar por alguna de ellas. No dudo de la buena fe de aquellos que se expresaron públicamente. Pero en esta tierra de vivos, no podía descartarse la posibilidad de que Lay Fun haya avivado la codicia de algunos, que convertirían al guardián en productor industrial de cachorros, de eficiencia garantizada. Los vástagos se cotizarían a algo precio, y no hubiera sorprendido que se subasten públicamente al mejor postor. O podría surgir por ahí alguna mente maquiavélica que le lave el cerebro al perro y lo convierta en una fiera al servicio de oscuros fines.
Nos guste o no, Lay Fun se ha convertido en un héroe para una ciudadanía azotada por la delincuencia. Se rumorea que el can desfilaría el 29 de julio en la Parada Militar. De ser esto así, arrancará emocionados e intensos aplausos de las tribunas. Pero supongo que los emisarios del Innombrable ya estarán haciendo intensas gestiones para evitar la presencia de Lay Fun: dificilmente tolerará que alguien le robe el show cuando apenas esté reestrenando banda presidencial.

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