sábado, setiembre 27, 2008

Garrido Lecca dispone derivar pacientes de hospitales a Clínica Veterinaria de San Marcos

Los pobres pacientes de los hospitales del Estado, abandonados a su suerte por los tenebrosos y malvados médicos huelguistas ya no estarán abandonados a su suerte. El ministro de Salud, Hernán Garrido Lecca decidió acudir, una vez más a su rescate, y dispuso el traslado de un grupo de pacientes del Hospital Arzobispo Loayza a la Clínica Veterinaria de la Universidad de San Marcos.
Como es conocido, la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNSM posee una clínica veterinaria donde muchas personas acuden buscando atención para sus mascotas. Garrido Lecca, que el día de ayer propuso entregar la administración de los hospitales a médicos veterinarios, dio este nuevo paso no solamente como un medio de acudir en ayuda del pueblo, sino para hacer justicia a estos profesionales.
"Una de las ventajas de esta iniciativa, es que se ganará celeridad en las atenciones", declaró Garrido Lecca. "Como saben, los veterinarios podrán saltarse la engorrosa fase de preguntarle al paciente lo que está sintiendo e ir directamente al análisis y al diagnóstico, tal como se hace con perros y gatos, y de esa manera se podrá ahorrar un vaioso tiempo".

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jueves, febrero 14, 2008

Monika

Fue en tercer año de media, allá por el lejano año 79. Éramos todos adolescentes poseídos por las mismas curiosidades e inquietudes sobre la vida sexual, una dimensión que empezábamos a conocer y que buscábamos vivir a plenitud, con el entusiasmo de quien acaba de encontrar el tesoro que ha estado buscando durante toda su vida. Eran, por fortuna, épocas en las que los tabúes se despedazaban o se habían despedazado ya ante el incontenible avance de los tiempos y del empuje arrollador de las generaciones precedentes, aquellas que marcaron las décadas del 60 y del 70.

En el colegio religioso donde estudiábamos, el sexo era un tema que se trataba en las clases de Ciencias Naturales o Biología, pero también en las clases de Religión; en estas, inevitablemente, se exponía la posición de la Iglesia sobre moral sexual, y siempre parecía haber respuestas para todo. Para complementar los contenidos dados en clase, los curas conseguían documentales que nos proyectaban periódicamente en la sala de audiovisuales. Dichos documentales —la mayoría proporcionados por las embajadas— trataban sobre adolescencia, vida sexual, y venían en soporte fílmico. En aquel entonces el video era una rareza que asumía la forma de betamax y había llegado hacía muy poco. Aunque en la sala de audiovisuales había cuatro monitores que configuraban un flamante circuito cerrado de televisión, la película y los proyectores aún tenían la palabra.

Con ello no se evitaba, sin embargo, que los alumnos llevaran al colegio material impreso alternativo para informarse e informar a su manera de cómo eran las cosas. Bueno, era evidente que los curas nunca iban a hablar de poses sexuales o mostrarnos material en vivo o, mucho menos, mandarnos ejercicios.

Una tarde de las tantas en que nos tocaba Religión después del recreo de mediodía, nos llevaron a la sala de audiovisuales. Y una vez allí, el cura de turno nos informó que pasarían una película titulada El primer amor. La novedad: no era un documental, sino una película de ficción.

Y empezó la película, hablada en una lengua extraña que no era ni el inglés, ni el alemán —del cual conocía yo algunas palabras sueltas— ni los fácilmente reconocibles francés, italiano ni portugués. Yo, aficionado a la vexilología y a la heráldica, reconocí el escudo de Polonia en el frontis de la escuela donde estudiaban los protagonistas, un grupo de adolescentes. El filme, sin embargo, se centraba en uno de ellos: un muchacho que se enamoraba de una chica llamada Monika.

Monika era una muchacha delgada, creo que pecosa y de cabellera larga y rubia. La película no la presentaba en una aparición repentina e imponente, sino que iba mostrándola poco a poco, como un misterio que progresivamente se desvelaba. Primero se le veía de espaldas, luego giraba la cabeza, pero su cabellera dejaba ver apenas una parte de su rostro... Y el joven polaco iba enamorándose de Monika... Al igual que nosotros.

Y el muchacho se consagraba a la conquista de su amada. Y todos seguimos la historia con interés. Nadie se aburría, nadie hacía ruido ni decía chanza alguna. Todos en silencio manteníamos fija la vista, ansiosos de conocer el desenlace. Y así estábamos, cuando de pronto se interrumpió la proyección y se encendieron las luces.

Había llegado la hora de salida, informaba el padrecillo. Alguien acotó, entonces una conclusión lógica disfrazada de pregunta: “¿La terminamos de ver mañana, padre?” Pero el cura nos dejó fríos al negar con la cabeza: “Tenemos que devolver hoy día la película a la embajada de Polonia”.

“¡Padre, nos quedamos!” “¡Sí, nos quedamos!” “¡Nos quedamos!”, resonó en la sala, en un coro de voces desafinadas y superpuestas. Pero el cura volvió a decir que no. No se podía. Era hora de la salida y punto.

Y nos fuimos a nuestras casas. Sin embargo, no nos sentíamos desalentados. Abrigábamos, no la esperanza, sino la seguridad de que terminaríamos de ver la película, que el cura explicaría a los funcionarios de la embajada lo sucedido y que los polacos comprenderían y accederían.

Al día siguiente, temprano por la mañana, ni bien nos acomodamos en clase (nos tocaba Biología), el profesor —un individuo de apellido común al que simplemente nos referíamos con el mote de Pajarito—, nos hizo salir del salón y formar en el patio. Luego nos indicó que nos dirigiéramos a la sala de audiovisuales.

Y las sonrisas poblaron nuestros rostros. El nombre de Monika fue pronunciado entre gestos de entusiasmo, y los comentarios retomaron el hilo de la trama. Y llegamos a la sala. Y nos sentamos felices, como pocas veces, dispuestos a contemplar la culminación del romance y el final feliz de la historia, que nuestras esperanzas matizaban con una dosis de fantasías sexuales.

Se apagaron las luces, el proyector empezó a andar y... ¡Carajo! Era un documental sobre fuentes de energía... ¿Y Monika? Pues simplemente ya la habían enviado de vuelta a una vil mazmorra detrás de la Cortina de Hierro. No podía ser. No podíamos aceptarlo. Y tanto no podíamos aceptarlo que empezó el reclamo en voz alta: primero los matones de la clase, luego los payasos de siempre —que en esta ocasión se pusieron serios—, y finalmente los más tímidos pusimos nuestro grano de arena: “¡Monika!”, “¡Monika!”, “¡Monika!”, “¡Monika!”... Un reclamo enardecido que el insignificante Pajarito no conseguía acallar. Y las cosas continuaron así hasta que, atraído por el escándalo, apareció el alargado encargado de disciplina, armado con su clásica vara, símbolo de autoridad, con la cual prolongaba la extensión de su ser. La aparición de su rostro malhumorado bastaba siempre para callar toda indisciplina. Y esta vez no fue la excepción.

Pero el sujeto ese no se contentaba con el silencio ahora imperante en la sala. Había que pagar por el escándalo. Y lo hicimos con los clásicos ejercicios extenuantes a los que el tipo le gustaba someternos: carreras, saltos, ranas...Una kilotlón que nos daba la sensación de estar padeciendo un lavado de cerebro en el que nos decía “¡Monika no existe más!” “¡Olvídate de Monika!” “¡Olvídate de Monika!”

No fue fácil olvidarla. Además, la curiosidad por saber el final de la historia contribuyó a mantener vivo el recuerdo. En mi colegio, el tercer año de secundaria se dividía en cuatro secciones: A, B, C y D. Nosotros estábamos en la sección A. La gente de la B, de la C y de la D sí habían visto la película completa en los días anteriores. Sin embargo, nadie se apiadó de nosotros: jamás soltaron el final. En un principio parecía que estaban siendo generosos con nosotros. Pero descubrimos luego la amarga verdad: que jugaban con nuestro dolor contándonos simultáneamente un sin fin de desenlaces, cual colectivo Ts’ui Pen en su borgiano jardín de senderos que se bifurcan. Lo peor de todo es que los relatos del supuesto final eran pródigos en detalles que nos hacían lamentar el bien perdido: concretamente, todos los desenlaces estaban adornados con efervescentes descripciones de las proezas sexuales de Monika y todas las cosas que el pata hacía con ella.

Y pasó el tiempo. Transcurrieron primero los días, luego las semanas. El nombre de Monika se siguió escuchando, sin embargo, aunque cada vez con menos fuerza. Incluso al inicio del siguiente año escolar todavía nuestro colectivo amor platónico lanzó un estertor, cuando al iniciarse la proyección de un documental, alguien todavía se atrevió a decir, aunque sin alzar demasiado la voz, el dulce nombre de Monika. La vida, finalmente, siguió su curso y otras musas terminaron desplazándo a la joven polaca de los corazones de los que entonces éramos adolescentes.

Hace un par de años me reencontré con la gente de mi promoción, pero hasta ahora no les he preguntado si alguno de ellos había tenido la oportunidad de ver nuevamente a Monika. Lo más probable es que no.

En todo caso, yo sí volví a ver a Monika.

Ocurrió muchos, muchísimos años después, una tarde en Mannheim. Me había sentado frente al televisor, no tanto en búsqueda de entretenimiento, como de mantener el entrenamiento permanente del oído ante la lengua alemana. Zapeando entre los pocos canales de la señal abierta, di con una película. Los muchachos que protagonizaban el filme se me hicieron conocidos ¿Había visto esa película antes? Y de pronto un detalle me iluminó: el escudo de Polonia en la fachada de la escuela. ¡Eran ellos, los amigos de Monika! Pero... ¿Y Monika...? ¿Y el enamorado adolescente que buscaba su amor? Intuí que eso debía ser una serie, o de una serie de películas con el mismo grupo de chicos, porque la trama iba en una dirección completamente distinta de un guión centrado en un romance...

Hasta que en un momento ella apareció.

Sí, Monika, la misma adolescente de larga y rubia cabellera. Caminaba por el campo, tomada la mano de su galán: el muchacho había logrado conquistarla. Y se dijeron palabras de amor. Y se besaron...

Y nada más. Luego la película volvió su atención sobre la trama principal; y poco después, terminó.


miércoles, octubre 17, 2007

Decretan estado de sitio para el día del censo nacional

Fuerzas Armadas tienen orden de disparar a matar a todo aquel que circule por las calles entre las 08:00 y las 18:00 del domingo

Ante la malintencionada campaña iniciada por algunos sectores, especialmente de la blogósfera, dirigida a sabotear el censo nacional del próximo domingo 21 de octubre, el gobierno peruano, en uso del legítimo derecho del Estado a salvaguardar los altos intereses de la patria, ha dispuesto el estado de sitio para garantizar, de esa manera, que el censo pueda desarrollarse con toda normalidad y alcanzar los resultados esperados por el Presidente de la República, desinteresado gestor de esta medida.

Ese día, las Fuerzas Armadas se encontrarán en estado de alerta máxima y han recibido orden de disparar a matar a toda persona no uniformada que circule por las calles. Los mismos militares llevarán un padrón especial donde anotarán las cantidades que —según los resultados de la jornada— haya que “descontar” del censo general. También se ha autorizado temporalmente la leva de jóvenes para incorporarlos como empadronadores.

El presidente García lamentó que haya peruanos “al servicio de oscuros intereses” que siembren dudas sobre los fundamentos estrictamente técnicos del censo, y responsabilizó al ex jefe del INEI, Farid Matuk de estar tras esta orquestada campaña.

El mandatario resaltó que, pese a los malos ciudadanos que buscan impedir la realización del censo, existen personas que ya han mostrado disposición a colaborar. Destacó, por ejemplo, una carta enviada por el ex presidente Fujimori desde su residencia, donde el ex mandatario le expresa su apoyo incondicional “a una medida que es en beneficio del país y que está más allá de cualquier discrepancia política”. Fujimori deseó suerte a García y le dijo que no se preocupe, que él mismo conocía el trabajo del actual jefe del INEI, Renán Quispe, y que podía garantizar que “el censo se encontraba en buenas manos”.

Asimismo, el Primado de la Iglesia peruana, su Eminencia, el Cardenal Juan Luis Cipriani prestó su apoyo incondicional al censo. Es más, se ha dado la orden a todas las parroquias que todos los integrantes de grupos pastorales y monaguillos se presenten voluntariamente como empadronadores, bajo pena de excomunión.

Por otra parte, el Ministerio de Educación resolvió darle al magisterio nacional todas las facilidades e incentivos para que los maestros se inscriban como empadronadores. El censo constituirá una segunda oportunidad para todos aquellos docentes que no dieron o no aprobaron la evaluación realizada a principios de este año.

viernes, agosto 31, 2007

Presidente Alan García asistirá a celebración del BlogDay



Según fuentes de Palacio de Gobierno (es decir, la pileta de la Plaza de Armas), el presidente Alan García se unirá a los festejos por el Blog Day, que se celebrará hoy viernes 30 a las 7 p.m. en el Mochileros Bar de Barranco. La oficina de prensa de Palacio ya se ha comunicado con los organizadores para que tengan preparada una silla más, cuyas características se han especificado, porque "el presidente no se va a sentar en una silla blanca de plástico". En estos momentos los responsables del evento están echando suertes para ver a quien a quién desembarcan de la mesa para que se le pueda hacer un sitio al mandatario. Desde primeras horas de la mañana, miembros de la seguridad del jefe de Estado ya se han ubicado en el Mochileros Bar, ubicando cámaras y micrófonos para "registrar el desarrollo del evento y los rostros de a sus participantes"; lo que se busca, añadieron las mismas fuentes es "simplemente perpetuar dicho evento en imágenes y audio para que quede registrado en la historia". Invocaron a la colaboración de los asistentes para que se dejen tomar huellas digitales, ya que también se busca crear un "registro nacional de bloggers" que será adminsitrado por el Instituto Nacional de Cultura. No se ha confirmado si asistirá acompañado de su benjamín Federico Dantón.

viernes, junio 29, 2007

Crean el Instituto Militar de Cultura


Su principal objetivo será promover la "Cultura General"

(Es decir, la cultura del "Sí, mi General")

Ministerio de Defensa, por encargo del Comando Conjunto de la Fuerza Armada, también anunció la próxima inauguración del Museo de Arte Militar Oficial Nacional. El comunicado, sin embargo, no mencionó las iniciales de esta nueva entidad.


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lunes, mayo 14, 2007

Comerciantes de La Cachina ofrecen laptops a 50 dólares

Los maestros serán convenientemente equipados
para monitorear el uso de las laptops por sus alumnos


Luego de conocer el reciente anuncio del Ministro de Educación José Antonio Chang sobre la adquisición de 250 000 laptops para escolares de todo el país, a un precio de 100 dólares, los comerciantes del campo ferial La Cachina, ubicado en la cuadra 8 de la avenida Argentina, informaron mediante un comunicado que ellos estaban en condiciones de mejorar la oferta de la asociación One Laptop per Child (OLPC), vendiéndole al Estado laptops a tan sólo 50 dólares.

"El gobierno debe tomar en cuenta nuestra propuesta porque ella representará un considerable ahorro para las arcas fiscales", afirmó uno de los representantes del gremio de comerciantes de La Cachina. Sostuvo, además, que ellos ofrecen laptops de verdad, que son auténticas computadoras, y no "juguetitos" como las XO-1, desarrolladas por la OLPC.

"Pero ¿disponen ustedes de esa cantidad de laptops?", preguntamos. "No se preocupe, apenas nos den el visto bueno, las conseguimos", nos respondieron.

Algunos temen que los escolares puedan acceder a
contenidos inapropiados para su salud mental

lunes, mayo 07, 2007

Abraham Levy anuncia devastador terremoto en Lima



Visiblemente ofendido por la malintencionada campaña que injustamente le atribuye haber sobredimensionado, con afán de lucro, los efectos del Fenómeno del Niño, Abraham Levy, el conocido "hombre del tiempo" anunció que en los próximos meses se produciría en la capital un devastador terremoto que la dejará reducida a escombros.
"Puesto que no solamente desoyeron mis advertencias en torno al Fenómeno del Niño, sino que se empeñaron en calumniarme y aniquilarme, ahora, en represalia, he de anunciar algo mucho peor: un terremoto de grado 10 en la escala de Richter, una catástrofe nunca antes vista en el mundo, azotará Lima Metropolitana".
Añadió Levy que la destrucción será total y que de la actual capital del país no quedará ni rastro. Esto, sin embargo, podrá evitarse siempre y cuando el Estado convoque a un concurso público para contratar una empresa consultora que elabore y difunda información geofísica en tiempo real, de previsión para uso de las autoridades del Gobierno del Peru y de la población civil, y que dicha empresa deberá contar con un experto en la producción y presentación de información meteorológica en tiempo real en medios de comunicación social, y que al mismo tiempo tenga experiencia no menor de 2 años consecutivos en radio y en televisión.